Onitsuka, así, tuvo que renombrar a su producto estrella como Tiger Corsair, y ambas zapatillas siguieron vendiéndose en Estados Unidos. El tribunal falló a favor de los de Oregón, pero permitió a ambas corporaciones vender sus productos en Estados Unidos, eso sí, las Tiger Cortez de Onitsuka debían cambiar su nombre, ya que no podían confluir con las Nike Cortez. Así lo determinó un tribunal de Portland, donde Phil Knight había interpuesto la demanda; lo tenía claro, no quería que los japoneses interfirieran en su negocio. El negocio estaba estructurado de forma que el grupo entero compartirían unos royalties basados en los beneficios de Nike. Pero a mitad de los 80 Reebok emergió como gran competidor, sobre todo gracias al negocio del aeróbic y al segmento de mujeres. Pero fue Nike, gracias a su poderosa presión publicitaria, la marca que para el gran público había puesto en marcha esa atractiva innovación.
Nike, de este modo, trató de levantarse del vacío en el que estaba cayendo, a través de robarle protagonismo a Converse, usando una estrategia que hasta ese momento nadie había empleado. Él ya había sospechado que Onitsuka iba a romper su relación con Blue Ribbon Sports en 1971, cuando un empleado japonés les visitó. Knight también pagó a un empleado de Onitsuka para que actuara como espía y le mandara información. En playoffs, los Lakers se enfrentaron en primera ronda con Phoenix Suns, a quienes llegaron a tener contra las cuerdas con 3-1 en la eliminatoria, con varias actuaciones claves de Kobe como el tiro ganador en el cuarto partido. Uno de los grandes atractivos de la temporada era ver a LeBron James, una de las grandes estrellas de la liga y de los mejores jugadores de todos los tiempos, en su nueva franquicia, los míticos Lakers.
Los años 2000 empiezan con la pérdida de la Liga contra el Real Madrid en el Palau Blaugrana y la eliminación en semifinales de la Euroliga contra el Maccabi Tel Aviv. Inmediatamente, comenzó a formar el equipo más talentoso desde los campeonatos ganados en la ABA a mediados de los años 1970. Como primera medida contrató a Byron Scott como entrenador. Una vez que el equipo se ha formado para iniciar una jugada ya no pueden reunirse otra vez a menos que hagan uso de un time out. No será la primera vez que el cuadro madrileño juegue con mangas, aunque si se trata de una circunstancia que resulta novedosa.
Apenas dos temporadas en las que un Jordan, muy solo, no consiguió éxitos deportivos, aunque sí logró que los partidos de los Wizards se retransmitiesen, cada vez más, a nivel nacional. Sin embargo, en 1984, Nike había tenido la fortuna de fichar a Michael Jordan, un número 3 del draft que apuntaba alto, es cierto, pero que probablemente nadie podía imaginar el impacto que supondría para el deporte mundial. El propio directivo asegura que dicha prenda apenas tiene impacto en el desarrollo del juego y así se lo han hecho saber los jugadores en las diferentes pruebas a las que se sometieron antes de jugar con ellas. Hay que tener en cuenta que en 1983 Nike tenía más de 120 jugadores en la NBA, pero Converse estaba teniendo más impacto con apenas unos pocos: Larry Bird, Magic Johnson o Isiah Thomas. 3.5 en 1983 (Katz, 1994); se estaba comiendo a Nike.
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