La despedida se alargó e intentamos devolverle todo el cariño que nos dio y le expresamos que en Madrid guardamos un gran recuerdo de Petrovic. camisetas de baloncesto Al haber aún muchísima gente que no ha llegado a valorar las ventajas que le ofrece la ropa vintage, se ven en posición de ponerles ellos el precio. Nos animó a hacernos un ‘selfie’ con ella y nos despidió emocionada recordando a su hijo: «Drazen sigue vivo gracias a gente como vosotros». Así que había que ir a Sibenik, la ciudad donde Drazen Petrovic, uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto europeo, nació y creció. Enfrente, un cartel en un portal anuncia el Museo Memorial de Drazen Petrovic.
El plan inicial era una visita rápida a la estatua del jugador, pisar el campo donde aprendió a jugar y, si podíamos, entrar en el museo. El superclásico del fútbol argentino es la rivalidad entre River Plate y Boca, los dos equipos más populares del país. Comienzan a finales de abril, con ocho equipos de cada conferencia clasificados. Statemen Edition. Modelo con un rediseño de los colores y conceptos, donde no se incluyen los nombres sino logotipos, letras o denominaciones a los equipos. El Madrid quiere la historia otra vez en su pecho. También es posible moverse rodando el balón en vez de botarlo. A escasas calles del centro de Sibenik encontramos el monumento a Petrovic, con el escolta sentado en un banco y un balón entre sus pies.
Extra point: consiste en pasar el balón por el goalpost mediante una patada y se suma 1 punto al equipo atacante. Y lo que estamos más orgullosos es que vemos este equipo de baloncesto como un equipo global», añadió. Este es uno de los principales vendedores de camisetas en DHGate. Pero este viaje nos dejó una vivencia mágica e inesperada que hace de esa espontaneidad un recuerdo aún más único. Pero ella lo solucionó rápido: «Compra esta (señalando una camiseta de la Cibona que también me había probado) y te la regalo. Es un regalo para ti». Noble se quedó con una camiseta «como recuerdo» mientras trabajaba en el equipo.
Fue en aquella fecha cuando decidió quedarse «como recuerdo» con una camiseta vieja —que iba a ser destruida— del equipo de baloncesto, del que se declara «fanático apasionado», además de exjugador. Cada uno decidió comprar una camiseta: Real Madrid, Cibona y Sibenka fueron las elegidas, y esta última pareció hacerle un poco más de ilusión, quizá por ser la primera que vistió su hijo. Así que nos respondió entre inglés e italiano para contarnos cualquier historia o anécdota de su hijo. Allí conserva una vieja guitarra de su hijo y las paredes están ahora llenas de fotos. Tras un breve paseo y algunas fotos fuimos a buscar un mural del jugador.
Aún no éramos conscientes de que estábamos subiendo a la antigua casa del jugador croata. Edu justo después de reconocer y saludar a Biserka Petrovic, la madre del jugador croata. A escasos tres minutos, entre una urbanización de pisos, se esconde una imagen de Petrovic, vestido con una camiseta de la selección croata y muy sonriente, y un Volkswagen Polo de 1983, su primer coche. Algo más de 108.000 euros por una camiseta de baloncesto que usó Barack Obama a los 18 años. Antes de comenzar la puja, los responsables de la casa de subastas habían estimado el precio final de la camiseta en 100.000 dólares (unos 90.000 euros), aunque la prenda alcanzó un coste algo mayor.